La sexualidad al ser parte de las AVD, entendidas como actividades que están orientadas al cuidado
propio. También se refiere a las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) y las actividades personales de la
vida (APVD). ”Estas actividades son fundamentales para vivir en un mundo
social, que permita la supervivencia y el bienestar” (AOTA, 2010), las que
a la vez forman parte de las áreas de ocupación de una persona, sobre las
cuales los terapeuta centran su intervención y ejercen su quehacer profesional.
Cabe mencionar que la intervención en Terapia Ocupacional consiste en:

El profesional podrá realizar asesorías enfocadas a la educación sexual,
así como también realizar sugerencias
específicas, información limitada (como por ejemplo detalles sobre la anatomía
y fisiología de los órganos sexuales, etc.)
o terapia intensiva. Esta última
requerirá la derivación del usuario a un especialista en asesoramiento sexual
(Neistadr, 1986). Todo esto va a depender del grado de afección que la persona
tenga en esta área.

En toda circunstancia el terapeuta debe atender al usuario con
respeto, considerando su situación particular con integridad, tolerancia y
lealtad para crear un ambiente grato y fiable. “El profesional debe examinar
tanto las actitudes sociales hacia las personas con discapacidades como sus
propias creencias, valores y actitudes respecto de la sexualidad”, sin
discriminar a sus usuarios por razones de raza, color, discapacidad,
nacionalidad, edad, sexo, preferencias sexuales, religión, creencias políticas
o situación social. (Código de ética de la WFOT, 1992).
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